La Googler Nicola Yap nos explica por qué los diseñadores de tecnología deberían plantearse las funciones de accesibilidad como ajustes de personalización que benefician a todos los usuarios. Una versión anterior de este artículo se publicó en el blog The Keyword.
Como redactora técnica de Google Cloud con más de 20 años de experiencia en el sector, la tecnología ha tenido un gran impacto en mi vida. Me ha permitido acceder a un trabajo que me gusta y me mantiene en contacto con compañeros, amigos y familiares que viven en otros lugares del mundo.
Pero también me ayuda a realizar tareas cotidianas de formas que podrían pasar desapercibidas a muchas personas. Tengo aniridia, una enfermedad ocular rara que provoca que mis ojos no estén tan desarrollados como los del resto. Entre otras cosas, soy fotofóbica, tengo una agudeza visual de 20/200 que no puede corregirse con gafas ni cirugía y mis ojos se mueven de forma involuntaria.
Las tecnologías que me ayudan a atenuar los efectos de mi condición no solo me benefician a mí. Benefician a todo el mundo.
La mayoría de las personas no son conscientes de mi grado de discapacidad porque soy bastante independiente. Los retos a los que me enfrento en el día a día son algunas de las pequeñas cosas que la mayoría de la gente da por hechas. Por ejemplo, no soy capaz de establecer contacto visual, lo que implica que no suelo percibir el lenguaje no verbal. Para mí, cruzar la calle es como jugar al videojuego "Frogger" en el mundo real. Puedo tener dificultades a la hora de leer las cartas de los restaurantes y para ir de compras. Situaciones como moverme por un aeropuerto o encontrar mi coche compartido pueden resultarme estresantes.
Sin embargo, he usado la tecnología para crear mis propios trucos cotidianos. Por ejemplo, puedo ajustar el nivel de ampliación de los Documentos de Google durante las reuniones sin alterar las versiones del resto de asistentes. Amplío la imagen de los profesores durante mis clases de baile online. Uso con regularidad las combinaciones de teclas y fragmentos de texto predefinido para ser más productiva en el trabajo. Me esmero mucho planificando viajes y guardo la información esencial sobre los trayectos en Google Maps. Saco fotos de las cartas de los restaurantes y de las etiquetas para poder leerlas más de cerca en mi teléfono.
Todo el mundo se beneficia del diseño apto para discapacitados
Las tecnologías que me ayudan a atenuar los efectos de mi condición no solo me benefician a mí. Benefician a todo el mundo. Las funciones de accesibilidad como el modo oscuro, el Asistente y Subtítulos automáticos son útiles para todos los usuarios y mejoran su experiencia al utilizar algunos productos. También pueden ayudar a personas con discapacidades temporales o situacionales.
Me gustaría plantear un reto: pensar en la accesibilidad como una forma de personalización.
El efecto positivo de un diseño apto para discapacitados en una población más amplia se conoce como el efecto rampa. Recibe este nombre por las pequeñas rampas que hay en las aceras para salvar los bordillos. La función principal de estos elementos es permitir el acceso a las personas en silla de ruedas, pero también ayudan a muchas otras, como a los ciclistas, los patinadores, los motoristas y las personas que llevan carritos de bebé, maletas con ruedas, bastones o muletas. Si bien estaban pensadas para ayudar a las personas con discapacidades, las rampas han acabado siendo útiles para un porcentaje más amplio de la población.
Replantearse la accesibilidad como una forma de personalización
Podemos extraer una lección valiosa de este efecto. Una lección en la que pienso cuando creamos nuevas tecnologías en Google: si tu trabajo está relacionado con el diseño, la creación, la venta o la asistencia para productos y servicios, te reto a que pienses en la accesibilidad como una forma de personalización. Muchas personas conciben la accesibilidad como una función adicional de un producto que está limitada a las personas con discapacidades. Sin embargo, funciones como el modo oscuro o los subtítulos nos ofrecen maneras de personalizar la experiencia de usuario, y estas formas de personalización son beneficiosas para todo el mundo.
Todos nosotros nos encontramos en situaciones distintas en las que tenemos que ajustar nuestra manera de interactuar con nuestros dispositivos y con las personas de nuestro entorno. Un diseño que sea capaz de ofrecer diversas formas de interactuar con las personas y con nuestro entorno nos permite disfrutar de productos y servicios más fáciles de usar para todos.