El mundo se encuentra en un momento decisivo. A menos que hagamos un esfuerzo colectivo para reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero de aquí al 2030, el cambio climático causará estragos en nuestro planeta y afectará a todos los aspectos de la sociedad, desde la producción de alimentos hasta la salud pública y la economía.
No obstante, pese a la amenaza que se cierne sobre la humanidad (sequías e inundaciones generalizadas y calor extremo), se prevé que las emisiones mundiales aumenten en un 10 % en los próximos ocho años.
La Cumbre Mundial sobre la Acción Climática de este año, la COP28, ha sido una oportunidad para que los dirigentes mundiales adopten el compromiso conjunto de tomar medidas globales y sistémicas, y acuerden soluciones para abordar el cambio climático.
La IA representa uno de los mecanismos más prometedores. Según ciertos estudios, al aplicarse para escalar tecnologías de eficacia probada podría reducir las emisiones globales en hasta un 10 % de aquí al 2030 y tener un efecto transformador. Ese porcentaje es equivalente a las emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión Europea.
Aunque la emergencia climática no tiene fácil solución, las tecnologías digitales como la IA pueden contribuir de forma decisiva. A continuación, varios expertos explican formas en que las empresas pueden aprovechar la IA y las innovaciones tecnológicas para crear un futuro más sostenible.
El tiempo apremia: el calentamiento global no espera a la regulación de la IA
Llevar a cabo la transición a un futuro más sostenible será todo un desafío, tanto para Google como para el mundo en general, y no existe ningún manual de instrucciones para hacerlo. Sin embargo, la IA es una de las mejores opciones para escalar aplicaciones y tecnologías de eficacia probada que permitan acelerar los avances en materia de acción climática en esta década decisiva.
La IA puede ayudarnos a progresar con mayor rapidez respecto a la acción a favor del clima proporcionando información de mayor calidad a las personas, posibilitando que las empresas optimicen sus operaciones de manera más eficiente y mejorando las predicciones y previsiones de los Gobiernos.
Por ejemplo, puede ayudar a las aerolíneas a mitigar el impacto climático de las estelas de condensación, que representan el 35 % del impacto de la aviación en el calentamiento global. Reunimos cantidades ingentes de datos (imágenes por satélite e información meteorológica y sobre trayectorias de vuelo) y usamos la IA para desarrollar mapas de previsión de dichas estelas de condensación, que permitieron a los pilotos reducirlas en un 54 %.
Numerosos legisladores de todo el mundo se han centrado en fomentar el desarrollo responsable de la IA. Aunque esto es crucial, también deben incluir en la agenda política otra cuestión: el aprovechamiento del potencial de la IA para resolver desafíos de gran envergadura, como el cambio climático.
Se deben abordar cambios a una escala abrumadora, pero no debemos infravalorar la capacidad de la tecnología de reducir las emisiones de forma real. La aplicación de dicha tecnología puede que sea una de las acciones climáticas más eficaces que tenemos hoy a nuestro alcance y contribuiría de forma decisiva a lograr los objetivos de reducción de emisiones a la mitad antes de que acabe la década.
La IA debe reportar beneficios climáticos, no solo económicos
Como coalición de ONGs cuya labor se centra en el cambio climático, colaboramos con empresas para ayudarlas a acelerar su descarbonización. Para ello, la tecnología digital es esencial.
Lo interesante es que ahora, gracias a la IA, podemos combinar conjuntos de datos para extraer insights y predecir con mayor precisión lo que va a ocurrir. Por ejemplo, combinamos las previsiones meteorológicas con información sobre la demanda real para incorporar energía renovable a la red eléctrica u optimizar el almacenamiento.
No obstante, es importante tener presente que la IA es solo una herramienta. Puede ser decisiva para abordar el cambio climático o puede usarse simplemente para ganar dinero, lo que merma los recursos de la Tierra con nuestro sistema actual. La decisión no depende de la propia IA, sino de las personas que la usen.
Los Gobiernos y las empresas tienen que decidirse y hacerlo rápido. La IA puede tener dos efectos: o bien cambiar el rumbo que llevamos, o bien acelerar el ritmo al que nos acercamos al abismo.
La tecnología digital posibilita la toma de decisiones sostenibles
La transición a un futuro con menos emisiones de carbono no se producirá solo con descarbonizar la economía. También se debe dar paso a un mundo en el que los habitantes de todos los lugares puedan prosperar y vivir en un planeta sano y biodiverso.
Esta transición es imposible de lograr sin la innovación digital. El motivo es que la tecnología digital cataliza las medidas de sostenibilidad con mayor capacidad transformadora.
La IA es esencial para combatir el cambio climático, puesto que analiza cantidades muy grandes de datos para realizar simulaciones y cálculos complejos en los que basar nuevas estrategias; por ejemplo, de planificación territorial y de selección de ubicaciones que permitan crear ciudades de 15 minutos.
Este tipo de ciudades, en las que la mayoría de los productos y servicios se encuentran a 15 minutos a pie o en bicicleta, son esenciales si pretendemos dejar de necesitar los coches, que son una de las principales fuentes de emisiones de carbono.
La adopción de la sostenibilidad por parte de las empresas debe fomentarse con nuevas políticas. Las empresas con cadenas de valor "sucias" no cambiarán a menos que existan alternativas rentables. Por ejemplo, el carruaje de caballos no se cambió por el coche por aplicar impuestos al primero. Del mismo modo, es hora de invertir en soluciones tecnológicas innovadoras.
El cambio climático afectará a nuestra salud
One Campaign es un movimiento de personas que alzan la voz para convencer a los Gobiernos de que inviertan en la lucha contra la pobreza, la desigualdad y el cambio climático.
Cuando hablamos de tecnología digital respecto al clima, nos referimos al potencial que tiene para ayudar a las personas a entender el mundo, conocer su capacidad de acción dentro de este y aunar fuerzas con el fin de ejercer una presión colectiva para que se dedique la financiación necesaria a transformar los sistemas de energía.
Una cuestión de la que creo que no se habla lo suficiente es el impacto del cambio climático en la salud. Por ejemplo, el calor extremo está cambiando los patrones migratorios de las aves, lo cual podría provocar pandemias nuevas. En Tanzania, las mordeduras de serpientes son cada vez más comunes, puesto que el calor obliga a estos animales a desplazarse en nuevas direcciones. Debido a todas estas alteraciones, necesitamos la IA para secuenciar muchos más virus y desarrollar vacunas o soluciones mucho más rápido.
Para evitar que se supere el umbral de 1,5 °C, necesitamos que la tecnología consiga tres cosas. Primero, que genere la energía que nos hace falta para vivir de forma que no contribuya a las emisiones de carbono. Para ello, necesitamos tecnología (solar, eólica o de baterías), una reducción de los costes de producción y fuerzas del mercado que fomenten esta transición.
Segundo, necesitamos que la tecnología nos permita emplear la energía, el tiempo y los recursos de forma más eficiente. Un buen ejemplo de esto es Google Maps, que nos ayuda a planificar los trayectos para evitar tráfico y, por tanto, a no pasar tanto tiempo en el coche y ni emitir tantas emisiones de carbono.
Por último, necesitamos que la tecnología (las herramientas de comunicación y organización) ayuden a las personas a ser conscientes de la gravedad del problema. Esto puede animar a las comunidades locales a pasar a la acción y convencer a los dirigentes políticos de que asuman los riesgos de realizar cambios legislativos e inversiones considerables.
Nos adentramos en terreno desconocido en lo que respecta a las dimensiones de las alteraciones que el cambio climático conllevará para el planeta. Esto significa que el ritmo de innovación debe ser rápido.
Usar la IA para elaborar informes con más rapidez y centrarse en el progreso
La batalla contra la crisis climática traspasa fronteras e intereses locales. Para ganarla, se necesita tecnología realmente integrada e innovadora.
Nuestro informe "Digital With Purpose" revela que, aunque las tecnologías digitales nos acercarán a algunos de los objetivos del 2030, nos seguiremos alejando de un tercio del total, incluso después de aumentar la adopción de tecnología.
Estamos empezando a preguntarnos en qué puede ayudarnos la IA para erradicar el cambio climático. Por ejemplo, los equipos de sostenibilidad de muchas empresas grandes que cotizan en bolsa pasan una cantidad de tiempo considerable elaborando informes sobre cuestiones climáticas.
Gracias a la IA, las empresas podrían reducir radicalmente el tiempo que dedican a recabar datos sobre sus resultados de sostenibilidad y a elaborar informes con ellos, y así invertir más tiempo en estudiar la forma en que las soluciones digitales pueden ayudarlas a lograr sus objetivos de sostenibilidad.
La innovación requiere tiempo y energía. Espero que la IA favorezca que los profesionales de sostenibilidad dediquen más tiempo a la innovación y al progreso.