Gran parte de los líderes empresariales definen la rentabilidad como el objetivo principal a la hora de tomar decisiones. Pero el verdadero desafío para ellos hoy no consiste en aumentar las ganancias, sino en comprender que la clave del éxito reside en crear un ecosistema laboral donde las personas que trabajan dentro de su organización alcancen, también, la realización personal.
Para Fred Kofman, asesor de desarrollo de liderazgo en Google, existe una manera de revolucionar la mirada que tenemos sobre el mundo de los negocios. Haciendo una analogía con la teoría copernicana, en su nuevo libro, La revolución del sentido, Fred asegura que el trabajo dentro de una empresa puede convertirse en una vía para alcanzar objetivos personales.
Según su planteo, en el sistema laboral que concebimos como natural, la mayoría de las personas trabaja por el dinero. Pero ¿qué sucedería si lo económico quedara a un costado y en el centro ubicáramos el sentido? La ecuación sería totalmente distinta.
Así, su noción de liderazgo propone “evocar el compromiso interno, lograr que la pasión salga de adentro para afuera, despertar esa pasión y alinearla a una misión común, sin poner la compensación al frente”. Esa es, para Kofman, la revolución: cambiar el centro del mundo de los negocios que hoy gira en torno al dinero.
“La revolución es cambiar el centro del mundo de los negocios que hoy gira en torno al dinero”.
En este sentido, ¿qué pueden hacer los profesionales en marketing para que los miembros de su equipo, que tienen objetivos personales, trabajen por el objetivo común de la organización? A todas las marcas que quieran ser parte de la revolución del sentido en sus negocios, les proponemos poner en práctica los consejos de Fred Kofman que compartiremos en este artículo.
La empresa como habilitadora de oportunidades
Para Fred Kofman existe una manera de hacer que la gente, aun teniendo objetivos personales, trabajen por un propósito común. Para lograrlo, sugiere que “aquellos líderes que tengan la responsabilidad de convocar a personas encuentren un sentido que sea coherente con el proyecto de la empresa”. El primer paso es definir el propósito de la organización, ya que es la que invita a otros a formar parte. La revolución del sentido sucede cuando un líder logra incentivar a otros a unirse por la forma en que propone conseguir el objetivo rentable.
Luego, como explica Kofman, “hay que encontrar la manera en que el propósito común se convierta en la plataforma para poder alcanzar los objetivos individuales”. Los líderes deben ofrecer un proyecto que sirva a los objetivos personales, donde las personas puedan construir para sí mismas sobre esa base, a la vez que contribuyen al fin común. Así, la empresa se vuelve una habilitadora de oportunidades y el dinero deja de ser el centro de la cuestión, logrando que el trabajo cobre un sentido diferente.
“Hay que encontrar la manera en que el propósito común de una empresa se convierta en la plataforma para poder alcanzar los objetivos individuales”.
Este camino nos dirige hacia un lugar donde todos ganan. Los líderes de equipos que hoy logren darle a la gente una plataforma que trabaje para ellos, y no solo un lugar donde tienen que cumplir los objetivos de la empresa, los estarán ayudando a alcanzar sus desafíos personales y realizarse.
- Aprendizaje: Convierte tu organización en una plataforma para que las personas puedan alcanzar sus objetivos individuales y encuentren sentido a su vida contribuyendo al fin común, a la misión organizacional. Para ser felices necesitamos pertenecer a una comunidad que nos permita sentirnos autorrealizados. Lo mismo sucede en el mundo de los negocios, cada uno necesita sentir que a cambio de su compromiso y esfuerzo, está recibiendo un activo intangible que lo impulsará a ser su mejor versión.
Protagonistas de cambio
Fred propone una mirada interesante sobre la responsabilidad, concepto que se baraja día a día en el ámbito laboral. Todos podemos ser víctimas o protagonistas de nuestra historia, pero eso dependerá de lo que cada uno decida contarse.
Hay hechos que están fuera de nuestro control y que, claramente, no podemos evitar; por lo que nos convertimos en víctimas de las circunstancias. Cuando nos concentramos únicamente en la historia de víctima, hacemos “un sesgo hacia los factores que están fuera de control, porque emocionalmente eso nos permite sentirnos inocentes”, explica el coach. Pero existen otros factores dentro de una misma situación que sí podríamos manejar. Son las decisiones que podemos tomar para volvernos protagonistas y asumir responsabilidades, ya sea para bien o para mal.
“La historia de víctima no genera responsabilidad ni aprendizaje. En cambio, la de protagonista, sí”.
Un simple ejemplo de Fred sirve para ilustrar la idea: “Llueve y estoy en la calle. Entonces, me mojo”. La historia de víctima sería cerrarse en la idea de que la culpa es del clima. Si bien es verdad, también hay otras variables que intervienen. Cuando uno se pone en el lugar de protagonista asume la responsabilidad de, por ejemplo, no llevar consigo un paraguas y, ante la experiencia vivida, planea consultar el pronóstico para la próxima vez que tenga que salir. Fred concluye: “La historia de víctima no genera responsabilidad ni aprendizaje. En cambio, la de protagonista, sí”.
Trasladar esta forma de ver las cosas a la dinámica de trabajo puede generar resultados positivos. La propuesta de Kofman se convierte en una herramienta muy útil para los líderes empresariales. Un buen cabeza de equipo será aquel que tenga la capacidad de impulsar a los miembros de su organización a enfrentar problemáticas laborales en primera persona y con miras al futuro: “Tomo responsabilidad, qué aprendo de esto y qué puedo hacer distinto la próxima vez”.
- Aprendizaje: Ante situaciones imprevistas, frente a los desafíos que surjan en la empresa o fuera de esta, impulsa el sentido de responsabilidad, la habilidad de asumir el compromiso ante posibles eventualidades para que los miembros de tu organización sean protagonistas de sus propias historias.
Recursos de un líder ante crisis y conflictos
También conversamos con Fred acerca de cómo manejar situaciones especiales como crisis y conflictos. Según el coach, no hay nada que pueda asegurar el éxito, “pero mientras te mantengas fiel a tus principios y a tus estándares, no hay crisis externa que pueda desviarte de tu camino ético. Y aunque eso no significa que nunca vayas a fracasar, la única garantía que te pueden dar es que, al ponerte frente al espejo, podrás sentirte orgulloso de ti mismo”.
En tanto, para aplicarlo al entorno de la empresa, su enfoque es directo: lo mejor es recurrir al diálogo. Un líder tiene que hablar sobre lo que está pasando, “mirar de frente a los problemas” y poner a la organización en el lugar de protagonista. Kofman lo sintetiza con una pregunta en primera persona: “¿Qué haremos nosotros frente a esta crisis?”.
“No hay crisis externa que pueda desviarte de tu camino ético. Y aunque eso no significa que nunca vayas a fracasar, la única garantía que te pueden dar es que, al ponerte frente al espejo, podrás sentirte orgulloso de ti mismo”.
- Aprendizaje: Siempre recurre al diálogo para evitar la sensación de incertidumbre frente a posibles crisis. No dejes que un problema te desvíe del camino. ¿Cuál es el problema número uno que puedes resolver para otros colegas y/o clientes? Piensa en las habilidades, conocimientos y experiencia que tienes y en la posición única que te encuentras para resolver este inconveniente de una manera poderosa".
Las marcas que quieran incorporar estas enseñanzas a su ecosistema laboral, pueden encontrar más recursos y consejos de Fred Kofman en su canal de YouTube.