A medida que la tecnología se encuentra más y más inmersa en todas nuestras actividades cotidianas, suele resultarnos difícil encontrar un balance y evitar que nos distraiga de otras tareas. Por eso, en esta nota te contamos cómo lograr un equilibrio en tu día a día a través del bienestar digital.
El rol que la tecnología cumple en nuestras vidas es cada vez más determinante: para mantenernos informados, para estar en contacto con nuestros seres queridos, para conocer nuevos lugares y nuevos productos, para inspirarnos y entretenernos.
El uso de las nuevas tecnologías también nos permite educarnos, trabajar, hacer las compras, pagar las cuentas, realizar consultas médicas, ayudar y conocer a otras personas, entre miles de otras actividades diarias. La gran pregunta, sin embargo, es qué nivel de control tenemos sobre la tecnología y sus alcances.
Con muy pocas excepciones, la mayoría de nosotros pasa cada vez más tiempo en línea. De hecho, un estudio realizado por la compañía de análisis Zenith mostró que, en 2019, un adulto promedio pasaba alrededor de 3 horas y media al día usando Internet en su teléfono. En tanto, un reciente relevamiento realizado por DoubleVerify en 5 países indica que, a partir de la cuarentena de 2020, las personas pasan, en promedio, 6 horas y 59 minutos consumiendo contenido por día. Ese tiempo de pantallas incluye teléfono, televisión y otras formas de medios digitales.
Todos somos más o menos conscientes de los límites y de cuándo las tecnologías impactan de una forma no muy saludable en nuestra salud física y mental, y en nuestras relaciones sociales. Sin embargo, no siempre es fácil desconectarnos.
Frente a esa realidad, comenzó a tomar fuerza en todo el mundo el movimiento digital wellbeing, que busca potenciar “el tiempo bien empleado”. En ese sentido, distintas herramientas permiten a los usuarios monitorear y restringir el tiempo que pasan en sus teléfonos. El objetivo es ayudar a las personas a encarar una suerte de “desintoxicación digital”, para balancear el uso de la tecnología con el resto de sus actividades diarias.
“Llevamos a cabo investigaciones con personas de todo el mundo para comprender mejor sus necesidades y aportar esa perspectiva al proceso de diseño de productos para hacer que la tecnología sea más útil y menos intrusiva”, cuenta Maggie Stanphill, directora de UX en Google. Su interés por las personas y sus comportamientos es lo que más motiva a Maggie a trabajar por el bienestar digital.
En ese sentido, asegura que son cuatro las principales herramientas que se les pueden brindar a los usuarios: empoderamiento, conciencia, control y adaptabilidad. Y brinda un ejemplo concreto: “Nos dimos cuenta de que podíamos ayudar a las personas a dormir más haciendo que nuestros productos fueran más adaptables. Así fue como ideamos el Modo Hora de dormir, a través del que los usuarios pueden activar funciones como Escala de grises y No molestar, para desconectarse y bloquear todo uso de datos durante ciertos períodos de tiempo”.
Relacionarnos de una mejor manera con la tecnología, enfocarnos en lo que realmente importa, tener la capacidad de desconectarnos, sentirnos cómodos y lograr un balance consciente entre la conectividad y la desconexión digital representan desafíos para todos. El foco debe estar puesto en lograr que los dispositivos y aplicaciones a las que recurrimos diariamente se alineen con nuestras necesidades y formen parte de rutinas saludables. La pregunta es simple: ¿controlas a la tecnología o la tecnología te controla a ti?
Puedes conocer más sobre tus hábitos digitales y algunos consejos para encontrar el equilibrio en Digital Wellbeing. Además, puedes realizar curiosos experimentos aquí.