Una versión de este tutorial apareció originalmente en la aplicación gratuita Primer. Se basa en los principios desarrollados por el equipo The Precise Language de Google, que trabaja para potenciar el uso de un lenguaje inclusivo en el lugar de trabajo.
Cuando se trata de hacer que el lugar de trabajo sea más diverso, equitativo e inclusivo, las marcas y agencias a veces caen en la trampa de “tildar el casillero” en lugar de centrarse en desarrollar comportamientos y mentalidades inclusivas que se traduzcan en experiencias de los empleados. Según un reciente estudio de PwC sobre diversidad e inclusión en organizaciones globales, el 76% de las empresas citan la diversidad y la inclusión como un valor o prioridad, mientras que solo el 22% de los empleados informan estar al tanto de los esfuerzos relevantes en sus empresas.
La diversidad, la equidad y la inclusión pueden ser temas complejos de abordar, pero hay muchas acciones simples que las empresas pueden tomar para ayudar a crear lugares de trabajo donde personas de todos los orígenes y experiencias se sientan capaces de prosperar. Una es utilizar un lenguaje que sea preciso, empoderador e inclusivo.
A continuación, cuatro pasos que te ayudarán a examinar y actualizar el lenguaje que utilizas para que tu lugar de trabajo y tus acciones de marketing sean más inclusivos.
1. Aprende sobre la relación entre el lenguaje y el poder
Las palabras que usamos todos los días tienen un impacto real en nosotros mismos, nuestros colegas y nuestras instituciones. El lenguaje puede ayudar a mantener los sistemas de poder que evitan que un lugar de trabajo sea inclusivo al crear un entorno hostil para los empleados, especialmente aquellos que se identifican con comunidades subrepresentadas.
El poder proviene de peligrosos estigmas históricos y actuales en torno a elementos de identidad, como raza, origen nacional, nivel educativo, edad, género, orientación sexual y más. En términos generales, las personas y los grupos con más poder tienen acceso a más oportunidades y pueden imponer sus formas de pensar y hacer a las personas que tienen menos poder, a menudo sin darse cuenta.
El lenguaje puede ayudar a mantener los sistemas de poder que evitan que un lugar de trabajo sea inclusivo.
El lenguaje puede ser un reflejo de eso, ya que las personas con más poder a menudo influyen no solo en el lenguaje que se usa, sino en cómo se usa en el lugar de trabajo y en otros aspectos de la vida diaria. Como resultado, las palabras que usamos pueden perpetuar un ciclo de inequidad sistémica que es difícil de romper. Al tomar conciencia de los desequilibrios de poder, puedes comenzar a abordarlos para mejorar tu lugar de trabajo para todos.
2. Evalúa las palabras que usas
El lenguaje evoluciona con el tiempo, por lo que es posible que las palabras que usabas hace unos años ya no funcionen bien. Por eso, es importante evaluar continuamente el lenguaje que usamos y actualizar palabras periódicamente a medida que se dispone de nueva información.
Al elegir tus palabras, recuerda que el principio más importante del lenguaje preciso es la representación personal.
Por ejemplo, si bien el término “minoría” todavía se usa en algunos países como una forma de describir a una persona que no es blanca, a muchos no les gusta; y, en algunos casos, es incorrecto desde un punto de vista fáctico. Al reemplazar “minoría” por un término más preciso, como “históricamente subrepresentados”, las palabras se vuelven más precisas y empoderan a las personas que se identifican como tales en su lugar de trabajo.
Al elegir tus palabras, recuerda que el principio más importante del lenguaje preciso es la representación personal. En pocas palabras, utiliza siempre los nombres, pronombres y palabras que las personas y las comunidades han elegido para identificarse.
3. Ten en cuenta la interseccionalidad para evitar una simplificación excesiva
Una de las claves del uso de un lenguaje preciso es asegurarse de que los materiales de marketing, sitios web y cualquier otro activo reflejen el mundo que nos rodea. Hacer esto de manera efectiva significa reconocer la interseccionalidad de las identidades de las personas y asegurarse de que las campañas representen esta interseccionalidad.
Pensemos en este ejemplo: “La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto desproporcionado en las personas de color y en las pequeñas empresas pertenecientes a mujeres”. Incluso con las mejores intenciones —en este caso, arrojando luz sobre una injusticia—, la redacción de esta oración separa el género y la raza y, sin darse cuenta, excluye a los propietarios de pequeñas empresas que son personas de color. Un enfoque más inclusivo sería decir: “La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto desproporcionado en las pequeñas empresas pertenecientes a personas de color y mujeres”. Incluso, podrías dar un paso más al reconocer explícitamente la naturaleza de este impacto desproporcionado: “Como resultado de las disparidades financieras, geográficas y sociales preexistentes, la pandemia ha tenido un impacto desproporcionado en las pequeñas empresas pertenecientes a personas de color y mujeres”.
Comprométete a ser lo más preciso, empoderador e inclusivo posible con el lenguaje.
Si no logras reconocer y reflejar la interseccionalidad en tus acciones de marketing, corres el riesgo de reducir las identidades ricas y multidimensionales en historias demasiado simplificadas que pueden perpetuar los estereotipos y ser, incluso, hirientes. Opta siempre por narrativas matizadas y preferiblemente aquellas que provengan directamente de las personas que forman parte de la narrativa, incluso cuando desafíen las visiones históricas sobre cómo se debe enunciar algo.
4. Comprométete a seguir practicando
La inclusión no es una tendencia. Es necesario cambiar las disparidades sistémicas y eso requiere la voluntad de examinar y abordar continuamente los desequilibrios de poder.
Evalúa rutinariamente las prácticas de tu empresa para crear una comunicación y relaciones más efectivas entre tu fuerza laboral. Considera la posibilidad de encuestar a todos los empleados para obtener sus comentarios y decidir cómo medirás el éxito. Por ejemplo, puedes ponerte como objetivo que el 95% de los empleados que encuestes digan que tu empresa se comunica de manera efectiva, permite la productividad y aprecia su trabajo.
Al igual que aprender a usar cualquier herramienta nueva, aplicar principios de lenguaje preciso puede ser complicado al principio, pero es importante seguir haciéndolo, incluso cuando resulte incómodo o inconveniente. Comprométete a ser lo más preciso, empoderador e inclusivo posible con el lenguaje. Y rechaza dejar de aprender cuando se trata de hacer que tu lugar de trabajo, y el mundo en general, sea más inclusivo. La gente lo notará.