“La crisis tiene rostro de mujer”. Hace poco, leímos esta conmovedora frase en un discurso del Secretario General de la ONU1. Sus palabras eran la síntesis del panorama actual de las mujeres en Latinoamérica que nos presentan los datos.
Estos números confirman que, incluso después de la pandemia, la brecha laboral y la falta de reconocimiento siguen siendo un desafío por superar. Y, cuando miramos al futuro, el Foro Económico Mundial sostiene que, a este ritmo, las mujeres seguirán sin igualar a los hombres en términos de salario y liderazgo por 136 años como mínimo.2
La pregunta que, entonces, nos hicimos desde Google, fue cómo podemos empezar hoy mismo a cambiar la realidad desde nuestros espacios de trabajo y convertirnos en los aliados que las mujeres necesitan. La buena noticia: conociendo el panorama, sabemos que hay muchas cosas por hacer. Ponerse en marcha no solo será importantísimo para alcanzar una verdadera equidad, también lo será para tu marca. ¿Cómo puedes dar el primer paso?
Encuentra aquí 3 acciones para ser agentes de cambio:
1. Reconoce el trabajo no remunerado que realizan las mujeres en casa
Cuando se trata de trabajo no remunerado, históricamente existe una brecha en la sociedad. Según el BID3, las mujeres en América Latina terminan trabajando casi 18 horas más por semana que los hombres. Para cumplir con todas sus responsabilidades de cuidado, aquellas mujeres que trabajan fuera del hogar muchas veces tienen que levantarse más temprano para encargarse de las tareas domésticas y esto las hace sentir estresadas. Por ejemplo, los datos indican que, desde la irrupción de la pandemia, aumentaron las consultas relacionadas con la simplificación de las tareas del hogar.
¿Cómo puedes ser aliado? Una manera es ser empáticos, ayudándolas a liderar estos sentimientos y a encontrar recursos –como aplicaciones o herramientas– en los que puedan delegar tareas o, al menos, simplificarlas. Recuerda que, para ser exitoso en el trabajo, también debes serlo a nivel personal, y tanto las mujeres como los hombres pueden ser buenos padres y profesionales.
2. Apuesta por el liderazgo femenino
¿Sabías que, según datos de CEPAL, solo un 25% de los cargos directivos en empresas de Latinoamérica están ocupados por mujeres?4 A pesar de que la pandemia agravó varios indicadores, también reveló que, hoy más que nunca, se necesitan líderes con empatía, compasión y adaptabilidad ante la adversidad. Y, durante el confinamiento, las mujeres han demostrado sólidas habilidades de liderazgo y capacidad para generar resultados comerciales positivos. Por ejemplo, las startups fundadas o cofundadas por mujeres en América Latina generaron más ingresos que aquellas creadas por hombres, a pesar de que obtuvieron menos fondos de inversión que ellos desde la pandemia.5 Sin embargo, a pesar de que todos afirmamos que un gran liderazgo no tiene género, las mujeres aún no tienen las mismas oportunidades que los hombres.
¿Cómo puedes ser aliado? Todos necesitamos cambiar nuestra visión masculina del liderazgo y ser conscientes de que la falta de visibilidad de las mujeres líderes es un problema en sí mismo y una barrera. El primer paso es saber cuál es la situación actual de las mujeres en tu compañía, adónde quieres llegar con esto y cómo vas a medir el progreso. Luego, comunicar este enfoque. Mantén siempre a la gente en el centro de las decisiones que tomes. Nunca olvides que equipos diversos consiguen mejores ideas y mejores resultados.
3. Genera espacios inclusivos donde las mujeres puedan hablar
¿Has escuchado los términos mansplaining y manterrupting? Ambos aluden a lo que les cuesta a las mujeres ser escuchadas durante las reuniones, donde los estereotipos de género persisten. En general, cuando un hombre habla, es considerado un experto. En cambio, cuando lo hace una mujer, es vista como agresiva o insistente. Muchas reuniones pueden ser fácilmente monólogos entre hombres o incluir reiteradas interrupciones cuando es el turno de las mujeres. Necesitamos de todos nosotros para crear espacios seguros donde ellas puedan hacerse escuchar fácilmente.
¿Cómo puedes ser aliado? Como primera medida, asegúrate de usar un lenguaje inclusivo. Escucha las experiencias de tus colegas sin invalidar lo que dicen. Lleva adelante reuniones inclusivas, creando mecanismos que permitan que todas las voces participen. Si alguien es interrumpido, llama la atención y asegúrate de que pueda terminar de hablar. Valida las buenas ideas y confirma que sean atribuidas a quien realmente corresponde.
Queda mucho trabajo por delante y las mujeres ya tienen demasiadas responsabilidades a su cargo. Como compañeros de trabajo, jefes, empresas, marcas podemos ser ese aliado que ellas necesitan. Lograrlo requiere de tiempo, esfuerzo, errores y aprendizajes (por cierto, aquí cuentas con un completo kit de herramientas que te allanará el camino). Pero, sobre todo, es fundamental que no nos quedemos en las preguntas y pasemos a la acción. Empecemos por alguno de los puntos que detallamos antes y ya estaremos dando el primer paso en este largo pero apasionante camino hacia la igualdad.