¿Sabías que, según datos de CEPAL, solo un 25% de los cargos directivos en empresas de Latinoamérica están ocupados por mujeres? Queremos que esta realidad cambie. Para contribuir con el desarrollo profesional de las mujeres, reunimos la experiencia y los consejos de 10 mujeres líderes de Google en la región.
Todas sabemos cuáles fueron los momentos importantes y desafiantes de nuestra carrera. En mi caso, recuerdo patente cuando nació mi hijo Tomás. En lugar de sentir miedo a tener que dejar mi carrera, su llegada enriqueció enormemente mi vida profesional. La maternidad me hizo más tolerante y paciente, aumentó mi capacidad para trabajar bajo presión, para aprender a priorizar los diferentes proyectos en los que estaba involucrada y para aprovechar al máximo mi tiempo en el trabajo. En aquel entonces, me hubiese gustado recibir este consejo que quiero transmitirles hoy mismo: no tengan miedo. No sean tímidas. Compartan sus sueños y metas por más ambiciosos que sean. Pidan ayuda cuando sea necesario y ayuden siempre que puedan. Una vez que den el paso adelante, podrán ayudar a que otras mujeres avancen también para, así, llevar los principios de igualdad, equidad e inclusión más allá del ámbito de las ideas.
Transformar las palabras en acciones es un gran desafío, no solo porque la diversidad en los negocios genera un impacto positivo en la sociedad, sino también porque, además, puede ser un factor de eficiencia. La solidez de las cifras me ayuda a confirmarlo: las empresas en las que las mujeres ocupan al menos el 30% de los puestos de liderazgo tienen 1,4 veces más probabilidades de tener un crecimiento continuo y rentable1.
¿Por qué sucede esto? En Google, creemos y fomentamos la formación de equipos diversos porque estamos convencidos de que solo así podremos crear productos y servicios que realmente satisfagan las necesidades de las personas, generando un crecimiento sostenible en la empresa y colocando un ladrillo más en la construcción del cambio de comportamiento de la sociedad.
Ya sea en la vida personal o profesional, trato de pensar en el propósito de lo que hago y muchas otras mujeres líderes también comparten el mismo pensamiento centrado en contribuir a la vida de las personas. Pensando en ello, por el Día Internacional de la Mujer, convocamos a diez líderes de Google en Latinoamérica para conocer sus experiencias e inspirar el camino de otras mujeres que también buscan hacer una diferencia en la vida de los demás.
“La pandemia visibilizó la desigualdad laboral para las mujeres. Sin embargo, me entusiasma ver que la tecnología nos está dando muchísimas más oportunidades. Por ejemplo, hoy podemos crear una empresa online, desde cero, sin necesidad de salir de casa. Esto antes no sucedía y representa una oportunidad para la recuperación económica de la región a través de muchas mujeres en Latinoamérica. Además, es importante que las mujeres empecemos a participar más en las áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM en inglés) y que motivemos a nuestras jóvenes a ser parte. En América Latina, menos del 10% de los egresados de carreras STEM son mujeres. ¿Cómo hacemos para que la tecnología nos ayude a generar esas capacidades? Aprovechemos la democracia del conocimiento y la infinidad de recursos digitales que existen para formarnos. Desde Google, creemos que el acceso equitativo a las oportunidades para todas las personas es un punto clave para el crecimiento de los países y de las regiones. Capacitando y empoderando a las mujeres podemos hacer un mundo mejor”.
“Ante un escenario desafiante, sigo creyendo firmemente en brindar incentivos para que más mujeres se inserten en el mercado laboral, lo que significa que puedan desarrollarse y acceder a más oportunidades en sus carreras. En este sentido, he sido patrocinadora y participante activa en algunas iniciativas, como Crece con Google y Women in Tech Global Summit, buscando traer perspectivas sobre las mujeres en el campo de STEM o patrocinando algunos de nuestros grupos y comunidades internos de diversidad e inclusión. Pero lo más importante es que sigo aprendiendo sobre cómo podemos acelerar las iniciativas que nos ayuden a expandir el camino de la equidad, no solo desde la perspectiva de género, sino para todas las comunidades que necesitan representación e inclusión. Quizás un punto del que he escuchado poco en mi carrera ha sido la posibilidad de acceder a más personas que podrían apoyarme o que tengan una mirada completamente diferente de la mía. Hoy, trato de mantenerlo en el radar y aconsejo a los que me rodean que hagan lo mismo”.
“No sabemos cómo la gente está viviendo este momento sin precedentes. Por eso, trato de contribuir a diario eliminando parte del estrés y tratando de crear un ambiente de bienestar en el trabajo. Además, trato de ser extremadamente empática con el equipo, los clientes, las agencias y las personas que entrevistamos. Un consejo que me hubiera gustado recibir en mi carrera y que lo doy ahora es: silencia tu voz interior. Cuando entré al mercado laboral, me avergonzaba asistir a las reuniones y pedir más responsabilidades. Pide retos, cambios o, incluso, un ascenso sin dejarte llevar por esa voz interior que te hace dudar si estás haciendo lo correcto. Con el tiempo, descubrí que lo único malo que podía pasar era recibir un "no". Y después de muchos "no", recibes un "sí", y cuando lo pones en la escala, el resultado es positivo. La práctica te llevará a la perfección y aprenderás a preguntar, argumentar, defender tus ideas y hacer preguntas selectivas para lograr un "sí". Y así silenciar esa duda dentro de tu cabeza”.
“En este momento, después de un año tan complejo, dinámico e incierto, es aún más urgente apostar por la equidad en los equipos. Ya sea para pensar en la supervivencia empresarial, o en crear bases más sólidas para que las mujeres, en tiempos de crisis, no se encuentren en una posición de mayor vulnerabilidad frente a los hombres. Mi experiencia personal me ha ayudado a pensar en el poder de la diversidad. Cuando miro mi carrera, como una mujer latinoamericana que nació y se crió en Chile, vivió parte de su vida en El Salvador y formó su familia en Brasil, veo que esta variedad de experiencias me ayudó a comprender nuestras diferencias y similitudes. Pero, también, a percibir un desafío común: la necesidad de luchar por la igualdad de género. Es esencial darnos cuenta de que no estamos solas, que nos tenemos las unas a las otras y que necesitamos apoyarnos mutuamente”.
“No tienes que preocuparte por explicar las razones por las cuales quieres cambiar de trabajo, ni justificar tus decisiones laborales. Concéntrate en ser auténtica, en confiar en tus habilidades y en ser generosa con todo lo que has logrado en la vida. Antes de tener tu entrevista, párate frente al espejo, pon tus manos en la cintura y di en voz alta las cinco cosas que te hacen ser una mujer maravillosa. Seguro que si lo haces, encontrarás muchas más razones por las cuales eres una gran candidata para la posición a la que estás aplicando. Y, por último, “no salgas antes de entrar”. Grandes palabras que nos enseñó Adriana Noreña, nuestra VP de Google Hispanoamérica.”
“Estoy convencida de que, si uno sueña en grande y trabaja con esfuerzo y dedicación, aparecen los medios, los patrocinadores y, entonces, todo es posible. El crecimiento profesional no es un encadenamiento de posiciones ascendentes que tiene un hilo conductor obvio y evidente de acuerdo con estereotipos preestablecidos. Confía en tu capacidad de análisis y, al mismo tiempo, en tu intuición. La pasión por detrás de tus elecciones es el verdadero motor. Cuando estés en duda, pregúntate tres veces: “¿Por qué quiero tal posición o desafío, por qué es importante para mi?”. Si te convences a ti misma, estás en tu camino correcto. ¡A brillar!".
“Creo que uno puede contribuir día a día para luchar contra la desigualdad de género. Es muy importante empezar por dar el ejemplo y aportar en lo cotidiano. Este año he tenido la suerte de apoyar y aconsejar a varias mujeres que han decidido hacer cambios en sus carreras profesionales y, sobre todo, ayudarles a confiar en sí mismas para animarse a dar el salto. Durante mi carrera, me hubiese gustado mucho que alguien me dijera que la autopromoción es buena y que una debe estar muy orgullosa de sus logros y compartirlos sin pudor”.
“En momentos más tempranos de mi carrera, en ocasiones me costó ser abierta acerca de mis necesidades y expectativas. Especialmente, luego de tener hijos, tenía miedo de que el tomar espacios para estar con ellos, acompañarlos cuando estaban enfermos, mantener la lactancia después que volviera a trabajar, etc. fuera percibido como una falta de compromiso con mi trabajo o como una falta de ambición por seguir creciendo profesionalmente. Con los años, aprendí a ser más clara con mis jefes y con mi equipo acerca de mis necesidades y, afortunadamente, del otro lado no encontré más que apoyo y comprensión. Lo más importante que aprendí fue a hablar en lugar de asumir”.
“Recuerdo que cuando me convocaron para ser parte de Google Colombia dudaba de si era la candidata ideal. Sentía que no tenía las “credenciales suficientes”. Afortunadamente, tuve en mi camino una gran líder que me impulsó y me dijo: “¡Aplica! En caso de que no pases, te quedarás con aprendizajes de valor. Prepárate para la entrevista, repasa y escribe tus fortalezas, escucha bien las preguntas y cree en ti”. Cuando fui aceptada, no solo di un paso grande en mi autoconfianza, sino que descubrí el poder de un buen mentor. ¡Reta a tus pensamientos y creencias! Es necesario tomar conciencia sobre los factores por los que nos detenemos (miedo, inseguridad, falta de confianza…), y trabajar sobre ellos. Estudia, postúlate, prepárate y rodéate de líderes que puedan darte un consejo oportuno”.
“Puede resultar curioso, pero a lo largo de la pandemia he tomado conciencia de que la lucha por la igualdad de género parte por asumir la responsabilidad de empoderar tu propio desarrollo personal y profesional. No debemos dejar en manos de otros la decisión de nuestro crecimiento profesional, sino por el contrario, comprometernos con lo que queremos conseguir y tomar acción sobre lo que está en nuestro control para hacerlo una realidad. Ya sea desde levantar la mano o la voz, gestionar nuestros logros o tener autoridad sobre nuestro propio bienestar. La experiencia me ha demostrado que, para garantizar el éxito de cualquier objetivo profesional, es fundamental construir relaciones laborales fuertes, basadas en la confianza y la emocionalidad positiva”.