Los jóvenes amantes de los libros transformaron el hábito solitario de leer en un fenómeno comunitario y se convirtieron en los promotores de la literatura dentro de su generación y en integrantes clave de la estrategia de las editoriales.
Aún en tiempos de digitalización acelerada, el libro como objeto de papel continúa despertando pasiones. Tanto es así que la cadena norteamericana de librerías Powell’s Books acaba de lanzar una fragancia que encapsula el aroma a libro nuevo para evocar la experiencia de recorrer los pasillos de sus tiendas en tiempos de pandemia.
Pero ¿qué sucede con las nuevas generaciones? En contraposición con lo que muchos creen, los Millennials representan el segmento de población que más lee, secundado por la Generación Z.1 Y un fenómeno cultural se afianza cada vez más como mediador entre ellos y una azotada industria editorial.
Se trata de los booktubers, un acrónimo formado por las palabras book (libro) y YouTube, la plataforma de videos a la cual el 69% de los usuarios en Latinoamérica recurre para encontrar contenido que le resulta personalmente relevante.2 Estos creadores de contenido son lectores voraces adolescentes y jóvenes, que comparten su entusiasmo por lo que han leído a través de sus canales de YouTube y consiguen llegar con su mensaje a sus pares.
“Los booktubers pertenecen a una comunidad y generan comunidad. Valiéndose del lenguaje propio de YouTube (incluso, utilizan taxonomías propias de la plataforma como la del unboxing), sus producciones descontracturadas y divertidas provocan el interés de sus seguidores, cuyos comentarios son siempre atendidos”, explica Francisco Albarello, autor de Entre libros y pantallas: los booktubers como mediadores culturales, junto con Francisco Arri y Ana Laura García Luna. “Lo que los hace atractivos, a diferencia de la crítica literaria tradicional, es el público al cual se dirigen: al autodenominarse apasionados por los libros, recomiendan los títulos desde un lugar de pares, sin ubicarse por encima de su público, como podría hacerlo un especialista”.
Los booktubers son lectores voraces adolescentes y jóvenes, que comparten su entusiasmo por lo que han leído a través de sus canales de YouTube y consiguen llegar con su mensaje a sus pares.
Este fenómeno, que comenzó tímidamente en 2009, según el investigador mexicano José Miguel Tomasena Glennie, comenzó a tomar forma unos años después.3 La tendencia ha sido, hasta ahora, siempre ascendente. De hecho, al analizar la búsqueda del término “booktuber” en todo el mundo registra una aceleración en mayo de 2020, como consecuencia de la pandemia. Es más: 4 de los 5 países que lideran el interés en el término de búsqueda son latinoamericanos: Chile, en primer lugar, seguido por Uruguay, Argentina y México, después de España. Según un estudio reciente, un 40% de los lectores argentinos descubre sus lecturas digitales por recomendación y un 35% por seguir a los autores en las redes sociales.4
10 booktubers latinoamericanos para descubrir
El efecto contagio de la lectura llegó por primera vez a Latinoamérica con el canal de Raiza Revelles, una booktuber mexicana que actualmente tiene más de 1.7M de seguidores y ya cuenta con una página web propia donde vende merchandising diseñado por ella misma. En el mismo país, Claudia Ramírez se convirtió en otra gran referente de la lectura a través de su canal Clau Reads Books, con 591K suscriptores; y Abriendolibros, el canal de Alberto Villareal, se sumó al podio con más de 237K seguidores. Su caso es interesante porque, además de reseñar libros, publicó uno de su autoría.
La onda expansiva también llegó a la Argentina, donde creadores como Matías GB con +27.000 suscriptores y populares videos como Top 10: Libros y sagas populares que NO quiero leer-; Carla Dente, a través del canal Mi mundo está en tus páginas, y Maxi Pizzicotti, cuyo video más visto presenta libros LGBT, son buenos ejemplos de inspiración para ávidos lectores. Los dos primeros fueron convocados como referentes en distintas ediciones de la Feria del Libro local.
En Chile, Rocío convoca a los amantes de las novelas clásicas, populares y nuevas, y acerca tips para los lectores como dónde compra sus libros, a través de su canal Jardín de versos. Por su parte, Ricardo Carrión presenta en su canal títulos de literatura clásica, contemporánea y latinoamericana. En Perú, el booktuber Sebastián Alanya combina su pasión por los libros con su fanatismo por la moda. Y en Colombia, un buen ejemplo es Diana Santamaría, conocida como Kyoko SWords, quien sube videos sobre libros, cultura, mundo geek y entretenimiento friki. Su video más visto fue 10 apps para lectores, que superó las 460K vistas.
Este fenómeno colaborativo es una importante señal para las editoriales a la hora de comprender cómo sus lectores investigan acerca de los títulos disponibles y cómo el interés y la pasión de sus pares se convierte en un motor para sumar libros a sus bibliotecas. Asimismo, es una alerta para que, aquellas marcas que buscan conectar con sus potenciales clientes, logren estar presentes donde ellos se encuentran y comunicarse en su mismo idioma.