Cada vez más consumidores acuden a sus smartphones para buscar información, ir a algún lugar o realizar sus compras. De hecho, hoy en día, el 90% de los latinoamericanos eligen estos dispositivos para acceder a Internet1. Además, se han vuelto más exigentes que nunca: no solo evalúan sus experiencias en los sitios comparándolas con las de las páginas de la competencia, sino también con las de los mejores servicios que utilizan a diario.
Sin lugar a dudas, la velocidad importa. Según un reporte de la compañía multinacional Ericsson, el estrés causado por un sitio móvil lento es similar al de ver una película de terror o resolver un problema matemático, e incluso mayor al de hacer la fila para pagar en un supermercado2. Estos retrasos no solo causan frustración, sino que pueden impactar negativamente en los resultados de los negocios. Por ejemplo, el 53% de los latinoamericanos abandonan una página que tarde más de 3 segundos en cargar3.
Sobre la base de estos insights, muchas marcas ya comenzaron a optimizar la velocidad de carga de sus sitios móviles para potenciar sus negocios. En el caso de Liverpool –la cadena mexicana de almacenes departamentales–, los resultados no se hicieron esperar: tras realizar una auditoría junto a Google, aceleró su página un 30.6%, disminuyó la tasa de rebote un 26% e incrementó las transacciones un 67%.